Por Marc M. Navarro [1]
Resumen:
El Partido Comunista de Alemania (KPD, en sus siglas alemanas), fundado en plena efervescencia revolucionaria en diciembre de 1918, fue creado para convertirse en el partido de vanguardia que debía guiar a la clase trabajadora alemana al triunfo del socialismo. Un objetivo que distaba de ser fácil de conseguir, debido a las constantes divisiones internas del Partido, escisiones, y falta de liderazgo. A partir de 1925, la Komintern ya había desplegado una serie de directrices, basadas en la experiencia del PCUS y de la URSS, para “dirigir” o aconsejar a los partidos y organizaciones comunistas de todo el mundo. Esa “dirección” se basaba, entre otras cosas, en los documentos aprobados en todos y cada uno de los Congresos que se organizaban, para analizar los progresos o problemáticas que se iban produciendo, y ayudar a corregirlas. Alemania no fue ninguna excepción, y bajo el liderazgo de Ernst Thälmann, el KPD emprendió un proceso de renovación orgánica, táctica y estratégica, que acabaría permitiéndole ser el cuarto partido más votado en el país, y a Thälmann ser el rival político más directo de Hitler. El presente artículo pretende analizar dicha evolución del KPD y exponer las problemáticas que hubo, así como sus resultados.
Palabras clave: comunismo, Alemania, KPD, Ernst Thälmann.
Durante los últimos días del año 1918, se fundó el Kommunistische Partei Deutschlands, es decir, el Partido Comunista de Alemania, mediante la fusión de la Liga Espartaquista, el ala izquierda del USPD (el “Partido Socialdemócrata Independiente de Alemania”), la IKD (la “Internacional de Comunistas de Alemania”), y de los llamados “Radicales de Izquierda” de Hamburgo y Bremen. Con la creación del KPD, se iniciaría también un movimiento revolucionario que llegaría a reunir todos los elementos de organización, disciplina y formación necesarias para el desarrollo de un movimiento comunista basado en los principios del Marxismo-Leninismo.
Tras el asesinato de Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, presuntamente ordenado por Friedrich Ebert, para ahogar el levantamiento de los espartaquistas de 1919 y después del posterior fracaso de la llamada “Acción de marzo” de 1921, la dirección del KPD, en manos de Heinrich Brandler, preparó una nueva oleada revolucionaria para 1923. El objetivo era iniciar un movimiento insurrecto en las principales ciudades de Alemania, para poder así hacerse con el control del país, o de una parte importante del mismo. Sin embargo, las dudas y la falta de organización y de comunicación, hicieron que solamente Ernst Thälmann y la dirección del KPD en Hamburgo cumplieran con el plan. La revolución fue derrotada y Thälmann tuvo que pasar a la clandestinidad. Este hecho no evitó que se le exigieran responsabilidades a Heinrich Brandler , August Thalheimer y Walter Stoecker, entre otros.
Debido a esta derrota, a partir del mes de octubre de 1923, el KPD pasó por un profundo período de inestabilidad interna y tuvo que suspender temporalmente todas sus actividades.
La crisis de dirección se agravó hasta que apareció la denominada “Oposición de Izquierda” (Linke Opposition), dirigida por Arkadi Maslow, Ruth Fischer, Ernst Thälmann y Heinz Neumann, entre otros. Este grupo sería el embrión del cambio que permitiría empezar el proceso de transición política del Partido: seguir los principios y las tesis marxistas-leninistas como hacía el PCUS, aplicar el centralismo democrático, crear una organización armada del Partido (en 1924 se crearía el Roter Frontkämpferbund (RFB), la “Liga o Asociación de Combatientes del Frente Rojo”), e ir apartando paulatinamente a aquellos dirigentes (especialmente regionales) que fueran contrarios a dicha línea del Partido. Por último, hacía falta un dirigente que no traicionase los principios revolucionarios del Partido y que permitiera tener un liderazgo claro del mismo: esta persona era Ernst Thälmann.
Este cambio de rumbo político no fue fácil de aplicar. En la fundación del KPD tuvieron mucho peso las premisas tanto de Karl Liebknecht como de Rosa Luxemburgo. La tesis relativas a la “espontaneidad de las masas”, entre otras, tuvieron un impacto importante en la evolución política del Partido. Thälmann se enfrentaba a muchos dirigentes que le considerarían un “sumiso” o directamente un “títere” de Stalin y la Komintern, y criticaban la falta de independencia ideológica del Partido. Las disputas internas duraron meses; sin embargo, el número de votos y militantes no dejaban de aumentar.
Entre 1926 y 1928, alrededor de Ernst Meyer, se crearía el llamado Mittelgruppe, un grupo centrista que seguiría con la labor de los Versöhnler, los “Reconciliadores”. Este grupo buscó, con la complicidad inicial de Thälmann, un punto de encuentro entre el ala izquierda del Partido, que acabaría abogando por las tesis del Socialfascismo y de no trabajar sindicalmente con el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), y el ala derecha, que buscaría el entendimiento con el SPD y se oponía a las tesis de la Komintern.
En 1928 la disputa se resolvió cuando la dirección del Partido, bajo el liderazgo de Thälmann, expulsó al ala derecha del Partido, y a algunos miembros del ala izquierda críticos con las tesis de la Komintern. Los miembros del ala izquierda expulsados, y siendo opuestos a Thälmann, crearon en abril de 1928 la Leninbund, o “Liga de Lenin”. Del ala derecha, varios dirigentes se pasaron al SPD, y el resto fundó en 1929 el Partido Comunista de Alemania-Oposición (KPD-O). Huelga decir que ninguna de estas organizaciones supuso una sangría de militantes o de votos para el KPD. Hay que mencionar que en 1928 el ala derecha del Partido estuvo cerca de acabar con Thälmann. En septiembre de ese mismo año, John Wittorf fue acusado de malversación de fondos del Partido, y a Thälmann de encubrir dicho escándalo. Si bien es cierto que se demostró la culpabilidad de Wittorf, y que inicialmente Thälmann fue cesado de forma temporal, no solamente no fue expulsado, sino que finalmente su cargo y militancia fueron ratificados tanto por el CC del KPD como por la dirección de la Komintern.
Con la llegada de la Gran Depresión, el KPD experimentó un auge considerable de votos y militantes. Más allá de la línea política que seguía la dirección del Partido, es indudable que la crisis del sistema capitalista ayudó a crecer en gran medida al KPD. A partir del XII Congreso, en junio de 1929, el Partido radicalizó su postura contra el SPD y contra los nazis del NSDAP. Fue en este contexto que se aplicarían las tesis surgidas del llamado Socialfascismo, que por un lado buscaban la rivalidad y conflicto con el SPD para desgastarlo política y electoralmente, y por el otro, fortalecer su postura antifascista para enfrentarse al NSDAP. La Acción Antifascista, con la que se pretendía combatir al fascismo en Alemania, se vio debilitada en parte por la exclusión del SPD en la misma, que, sin embargo, confirmó la posición del SPD respecto al fascismo. Difícilmente se podía ser antifascista en 1932 y pedir el voto para Hindenburg, como hizo el SPD. Se debe recordar que el KPD por aquél entonces decía: “Un voto para Hindenburg es un voto para Hitler. Un voto para Hitler es un voto para la guerra”. ¿Se equivocaba el KPD? ¿en qué posición quedaba el SPD pidiendo el voto para Hindenburg?.
Hay que entender que el término “Socialfascismo” no se creó a la ligera. En mi opinión no es una definición del todo justa, pues había dirigentes y militantes del SPD que se enfrentaron abiertamente a los nazis, y muchos de ellos pagaron con su vida. Sin embargo, la represión de todos los movimientos revolucionarios que hubo entre 1918 y 1923 fueron responsabilidad del SPD. La ilegalización de la RFB comunista y la permisividad que tenían las SA nazis respondían también a decisiones del SPD. Por lo tanto, hay que saber contextualizar y reconocer qué papel había jugado dicho partido hasta entonces. En las elecciones al Reichstag en noviembre de 1932, el KPD quedó tercero con el 16,9% de los votos (el SPD obtuvo el 20,4%), con casi seis millones de votos. El KPD, después de más de una década de lucha revolucionaria, consiguió un puesto preeminente no solamente en el Reichstag, sino también entre los trabajadores alemanes. Cuando llegó el año 1933, la elección del nuevo Canciller, en manos de Hindenburg, tuvo a Hitler como protagonista. Durante el mes de marzo, una vez ilegalizado el KPD y detenidos muchos de sus dirigentes, entre ellos Thälmann, los nazis organizaron unas elecciones bajo cuyo resultado –obtuvieron mayoría-, acabarían “cerrando” el Reichstag pocos meses después. Desgraciadamente, el voto a Hindenburg se tradujo como un voto para Hitler.
Después de haber resumido la evolución ideológica y política del KPD entre 1925 y 1933, creo que se puede considerar la bolchevización del Partido como algo inevitable. El fracaso de las políticas anteriores, sus malos resultados electorales y la falta de coordinación y organización interna provocaron, al menos en gran medida, que el ala izquierda terminara haciéndose con la dirección del KPD. Por supuesto, existe el debate sobre si las tesis marxistas-leninistas de la Komintern estaban destinadas a mejorar el funcionamiento de los partidos comunistas del mundo que la conformaban, o si el PCUS la usaba para afianzar sus intereses geopolíticos. Se criticó duramente a Thälmann, acusándole de sectario y megalómano por sus relaciones con Stalin y su ya mencionada “sumisión” al mismo. Hay que destacar que el proceso de “bolchevización” del KPD fue gradual. Se aceleró en 1923 cuando se produjo el enésimo fracaso de la dirección del KPD. Se criticó abiertamente el “intelectualismo” y la falta de competencia que habían tenido dirigentes del Partido, ya fueran Brandler o Thalheimer, en un principio, o a Maslow y a Fischer más tarde. El éxito de Thälmann no se debió únicamente a su relación o amistad con Stalin o con los bolcheviques soviéticos.
Thälmann nunca fue a la universidad; él provenía de una familia trabajadora, y desde su niñez empezó a trabajar y a conocer al movimiento obrero alemán. Thälmann fue un líder carismático, con mucha energía, cuya pasión a menudo se usaba para tacharlo de “fanático” o “dogmático”. Thälmann era el prototipo de dirigente comunista que necesitaba el KPD. Creo que resumir dicha evolución política con el término “estalinización”, como se ha dicho a menudo, esconde, a mi juicio, otros muchos factores que favorecieron la bolchevización del KPD y que, por lo tanto, no se puede ni debe señalar únicamente a Stalin como motor generador de dicho proceso. Pese a todos los debates y polémicas que se puedan producir, se puede afirmar que gracias a los cambios aplicados por Thälmann y la dirección del Partido, junto con los elementos coyunturales que ocurrieron entre 1925 y 1932 en Alemania, el KPD pasó de tener el 8,9% de los votos y 45 diputados en 1924, al 16,9% de los votos y 100 diputados en 1932, y 330.000 militantes. Es decir, los mejores resultados de la historia de un partido comunista en Alemania.
Referencias:
Habedank, H. (1958). Zur Geschichte des Hamburger Aufstandes 1923. Berlin: Dietz Verlag.
Flechtheim, O.K. (1976). Die KPD in der Weimarer Republik. Frankfurt am Main: Europäische Verlagsanstalt.
Neumann, H. (1925). Was ist Bolschewisierung?. Hamburg: Carl Hoym Verlag.
Stalin, J. (1952). Werke. Band 7. Berlin: Dietz Verlag.
Thälmann, E. (1932). Der revolutionäre Ausweg und die KPD. Rede auf der Plenartagung des Zentralkomitees der Kommunistischen Partei Deutschlands am 19. Februar 1932 in Berlin. Berlin: Ernst Schnelle Verlag.
Thälmann, E. (1977). Auswahl der Reden und Schriften 1930-1933. Für ein freies sozialistisches Deutschland. Band 3. Stuttgart: Verlag Neuer Weg.
Weber, H. (1969). Die Wandlung des deutschen Kommunismus. Die Stalinisierung der KPD in der Weimarer Republik. 2 Bände. Frankfurt am Main: Europäische Verlagsanstalt.
ZK des KPD-AO. (1970). Die Bolschewisierung der KPD. 2 Bände. Berlin: Verlag Rote Fahne.
Sobre el autor:
[1] Nacido en Barcelona, 1990. Ha cursado sus estudios de Grado y de Máster de Historia en la Universidad de Barcelona. Trabajó inicialmente sobre temáticas relativas a la II República, la Guerra civil y el Franquismo. Desde 2014 se ha centrado en el estudio de la Historia contemporánea de Alemania. Su última publicación es la traducción de la biografía de Ernst Thälmann, escrita por Willi Bredel, y publicada por la editorial Templando el Acero. Reside en Berlín (Este) desde el año 2015. Cuenta de Twitter: @MarcMNavarro1
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