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11.4 - Caza al “rojipardo”: ¿Qué hay detrás?

Actualizado: 7 mar 2022

por Andrei Kononov


Resumen: Fruto de las movilizaciones del 15M, nacieron en España varios medios de comunicación cuya finalidad no era otra que regenerar el periodismo español, especialmente en el ámbito de la izquierda sociológica. Si bien dichos medios se autocalificaban como más democráticos, independientes y cercanos a la ciudadanía, la realidad es que todos ellos no han tardado en desvelar su faceta más sectaria y solidaria con los intereses del poder establecido. Así, la investigación que les presentamos a continuación desvela que proyectos periodísticos supuestamente “progresistas” como Público, eldiario.es, La Marea, CTXT o El Salto Diario, no solo han dedicado ingentes esfuerzos a denostar a quienes desde la izquierda no se alinean con sus postulados posmodernos (y a quienes, equívocamente, estos medios no han tardado en etiquetar como “rojipardos”), sino que tanto ellos como sus miembros más destacados han recibido financiación de entidades globalistas como la Open Society del multimillonario y especulador George Soros.


Palabras clave: Soros, periodismo, 15M, geopolítica, Imperialismo, Cataluña




FOTO 1.


Introducción


Desde bien temprana edad, se nos ha repetido innumerables veces que uno de los axiomas fundamentales sobre los que se sustentan las democracias liberales es el derecho de los ciudadanos a recibir información veraz de parte de medios de comunicación fiables e imparciales. Semejante aseveración equivale a admitir que no es posible construir un régimen democrático como el que supuestamente tenemos en España si no se dispone de una prensa independiente que no se deje corromper por los poderes fácticos de turno. No obstante, la mayoría de los medios de comunicación de masas españoles han quedado muy lejos de cumplir tales expectativas, un hecho que se explica tanto por sus evidentes filiaciones ideológicas (sobre todo con respecto a los dos grandes partidos en España, el PSOE y el Partido Popular) como por su dependencia financiera de grandes bancos y empresas del Ibex.


Como reacción a semejante deriva, hace cerca de 10 años (sobre todo al calor de las movilizaciones del 15M), surgió en España una nueva hornada de medios de comunicación que, ocupando el espacio sociológico a la izquierda del PSOE, reivindicaba un nuevo tipo de periodismo renovado, enfocado en el ámbito digital, más cercano al ciudadano e independiente de los intereses políticos y económicos. En suma, una nueva forma de hacer periodismo que sus impulsores calificaban como “más democrática”. Así, al ya conocido diario Público, se le añadieron otros ambiciosos proyectos periodísticos como eldiario.es, la Marea, la revista CTXT o el Salto Diario. Estos medios han dado origen a un conglomerado periodístico que tiende a ser afín a la línea ideológica del partido Unidas Podemos y sus confluencias, y que hoy es claramente hegemónico en el espectro sociológico de la actual izquierda española.


Ahora bien, ¿es esta oleada de nuevos proyectos tan imparcial e independiente como pretenden sus integrantes? ¿Se puede decir que, gracias a la irrupción de dichos medios, el ciudadano español está siendo informado de forma más veraz y objetiva? Y en caso de que tampoco sea así, ¿qué clase de intereses o poderes ocultos se esconden detrás de ellos?


I. Caza al “rojipardo”


Desde hace algunos años, esta nueva generación de medios y periodistas autodenominados “alternativos” e “independientes” viene lanzando una feroz campaña de desprestigio contra un ecléctico sector dentro de la izquierda patria al que llaman despectivamente como “rojipardos” o “neorrancios”. Entre quienes reciben semejantes epítetos se encuentran personajes del más variado pelaje y con ideologías bien dispares: desde reconocidos marxistas-leninistas como Paco Arnau o el fundador de esta revista, Santiago Armesilla; pasando por socialdemócratas jacobinos como Guillermo del Valle o Paula Fraga, hasta periodistas y escritores de éxito relativamente reciente como Víctor Lenore, Hasel Paris o Ana Iris Simón. Y es que, a pesar de sus notables diferencias, muchos de ellos comparten bastantes puntos en común en cuanto al diagnóstico sobre los males que aquejan a nuestra nación y sus posibles soluciones, a saber:


● Posición crítica hacia la deriva neoliberal de España en las últimas décadas, fruto de la cual se han producido una serie de problemas y desequilibrios a nivel social como la pérdida de poder adquisitivo de las clases medias y bajas, la ausencia de expectativas laborales por parte de las generaciones más jóvenes, la creciente desestructuración de las familias y la extremadamente baja tasa de natalidad.


● Reivindicación de la necesidad de recuperar soberanía, reindustrializar al país y nacionalizar diversos sectores.


● Rechazo hacia la pertenencia de España en la UE y la OTAN, apostando en su lugar por entablar alianzas geoestratégicas con otros actores internacionales como Rusia, China o los países hispanos.


● Rechazo de los nacionalismos periféricos que se han ido afianzando en España desde la Transición, apostando en su lugar por la recentralización de competencias.


● Rechazo de la izquierda indefinida e identitaria hoy hegemónica, reivindicando la necesidad de que sea reemplazada por una izquierda materialista y racionalista que vuelva a poner sobre el tapete conceptos marxistas básicos como la lucha de clases y la dictadura del proletariado.


● Rechazo de la teoría queer, por considerarla un subproducto del neoliberalismo que se apoya en el subjetivismo y sin base racional ni biológica alguna.


● Promoción del patriotismo como única fórmula para recuperar soberanía y regenerar el tejido social del país, así como de medidas que incentiven la natalidad a medio y largo plazo.


Como muy bien habrá adivinado el lector, todas estas propuestas han sido duramente criticadas por parte de los ya mencionados medios de raigambre posmoderna, los cuales no han dudado en replicar mediante una campaña de acoso y derribo contra tan heterogéneo colectivo. Así, los editoriales de estas publicaciones han cargado contra las medidas anteriormente señaladas, etiquetándolas como propias de regímenes conservadores o directamente fascistas (obviando que, en el pasado, países socialistas como la Unión Soviética desarrollaron durante décadas políticas sociales con un enfoque muy similar, cuando no idéntico). Y es que según la línea editorial de estos medios de comunicación, añorar un pasado en el que los obreros podían permitirse el lujo de tener un trabajo estable, fundar una familia estable o adquirir una vivienda digna (sin verse por ello obligados a endeudarse para el resto de sus vidas, como vemos que sucede hoy en día), es más propio de falangistas nostálgicos del franquismo que de marxistas consecuentes.


Sin embargo, la gran cuestión por dilucidar es si semejante campaña de desprestigio viene motivada por razones estrictamente ideológicas, o si por el contrario hay por detrás alguna clase de incentivo pecuniario que empuje a estos periodistas a desacreditar todas aquellas iniciativas que desde la izquierda propongan un proyecto patriótico de oposición frontal al status quo imperante.


Si bien es cierto que entre los medios que se hallan más activos en esta campaña difamatoria podemos destacar a CTXT y el Salto Diario (de los cuales nos ocuparemos más adelante), no lo es menos que ambos han seguido la estela dejada por el primer proyecto periodístico alternativo que surgió tras el 15M, el cual no es otro que eldiario.es.


II. Eldiario.es y sus conexiones “filantrópicas”


El diario.es es una publicación digital surgida en el año 2012 que fue fundada por los periodistas Ignacio Escolar y Juanlu Sánchez. Al igual que el resto de medios que se irán desgranado en esta investigación, eldiario.es ha cargado recientemente sus tintas contra los llamados “neorrancios”, a los que ha acusado en un polémico artículo de propagar ciertos postulados “rojipardos” muy cercanos a la órbita del partido Vox (Zas Marcos, 2022).


Lo intrigante del asunto es que el antes mencionado Juanlu Sánchez, quien además de cofundador de eldiario.es es subdirector del mismo, se convirtió poco después en consejero a nivel europeo de la Open Society Foundations del magnate y especulador George Soros (Open Society Foundations, s.f.). Además, el propio Ignacio Escolar reconoció en Twitter que la Open Society financiaba a su diario digital (Escolar, 2016), un hecho que corrobora la propia web de la Open Society Foundations (Open Society Foundations, s.f.).



FOTO 2. Juanlu Sánchez, subdirector de eldiario.es, fue hasta hace poco consejero a nivel europeo de la Open Society Foundations del magnate George Soros. En su web, esta entidad admite que en 2017 financió a eldiario.es


No obstante, poca gente conoce que este proyecto contó desde el principio con la inestimable colaboración del editor de la revista Mongolia Gonzalo Boye (Okdiario, 2019), un controvertido personaje que ha sido célebre por cuestiones tan escabrosas como haber sido encarcelado por participar en un secuestro de ETA, así como por ser el abogado del prófugo Carles Puigdemont. Sorprendentemente, el bufete de Gonzalo Boye es miembro del European Center for Constitutional and Human Rights (ECCHR), un organismo afincado en Alemania que recibe su financiación de la Open Society Foundations (ECCHR, s.f.). Otro dato a tener en cuenta es que eldiario.es se unió en 2014 a la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI) (2014, eldiario.es), una asociación en la que participan figuras emblemáticas del 15M como el cineasta Stéphane M. Grueso o el abogado Carlos Sánchez Almeida, y que de nuevo cuenta con la financiación de la Open Society Foundations del magnate George Soros (PDLI, s.f.).


El diario Público de Virginia P. Alonso y la Marea de Antonio Maestre


Pero las sorpresas no acaban aquí, ni mucho menos. En la web que hemos mencionado antes, descubrimos otro hecho insólito: la directora del diario Público, Virginia P. Alonso, es también la presidenta de la PDLI. Además, tal y como se informa desde la biografía de su cuenta de Twitter (Alonso, 2009), esta periodista es vicepresidenta del International Press Institute (IPI), un organismo financiado por la Open Society y por el gobierno de Estados Unidos a través de la National Endowment for Democracy (IPI, s.f.).


FOTO 3. Virginia P. Alonso, la directora del diario Público, es también presidenta del PDLI y vicepresidenta del IPI. Estas dos organizaciones dedicadas a la libertad de prensa son financiadas por la Open Society de George Soros.


Como pueden comprobar, las conexiones de los periodistas “alternativos” que venían a regenerar nuestro deficiente panorama mediático empiezan a suscitar unas más que razonables dudas sobre la supuesta independencia de sus integrantes. Y es que el ejemplo anterior nos demuestra que a veces los poderes del capitalismo financiero no tienen necesidad de cooptar a toda la plantilla de un medio de comunicación para que sirva a sus intereses, sino que a dichos poderes les basta con tener en nómina a alguno de los puestos clave que formen parte del organigrama del mismo.


Tal parece ser el caso de Antonio Maestre, otro periodista del ámbito de la izquierda indefinida que en los últimos tiempos se ha destacado por sus feroces críticas hacia lo que llama “izquierda lepenista” (el cual vendría a ser un término con un significado muy similar al de “rojipardo”) (Maestre, 2021). Antonio se hizo célebre por su asidua colaboración en La Marea, publicación de la cual es hoy su subdirector, el cual es otro proyecto alternativo surgido en 2012 que en su día rivalizó con eldiario.es por atraer al público “indignado”. Sin embargo, en el año 2016, La Marea formó una alianza con otros medios de su misma índole como Mongolia, periódico Diagonal o el propio eldiario.es, y, junto con el portal especializado en filtraciones Fíltrala, lanzó un buzón público destinado a recabar filtraciones anónimas. El hecho inquietante es que, tal y como admitieron sus integrantes en una entrevista publicada en 2016, Fíltrala recibió la mayor parte de sus honorarios de la Open Society Initiative for Europe (OSIFE), esto es, la filial de la Open Society de George Soros en Europa (del Pino, 2016).


Sin embargo, entre los miembros que componen la red de colaboradores de Filtrala (un proyecto de filtraciones que dio origen a sonados éxitos periodísticos como los Papeles de la Castellana, en la cual Antonio Maestre tuvo un papel protagonista), también participaron diversas organizaciones como la anteriormente mentada PDLI, plataforma que en la web de Fíltrala aparece junto a sus homólogas Por Causa y Civio (Fíltrala, s. f.). Curiosamente, tanto la plataforma Por Causa (porCausa, s.f.) como la fundación Civio (Civio s.f.) han admitido recibir financiación de la Open Society, lo que añade un nuevo indicio a las ya de por sí sospechosas conexiones de sus socios periodísticos.



FOTO 4. Red de colaboradores de Fíltrala.


Para más inri, Antonio Maestre fue durante dos años (2018-2020) miembro de la plataforma de periodistas Maldito Bulo (Muela, 2018), la cual recibió durante esa época donaciones de la Open Society, tal y como ha quedado acreditado en la página web de este medio dedicado a la verificación de informaciones (Maldita.es, 2019).



FOTO 5. Antonio Maestre, subdirector de La Marea, fue durante dos años miembro del colectivo de periodistas Maldito Bulo. Curiosamente, este proyecto de verificación de información ha contado con la ayuda financiera de la Open Society de George Soros.


Al hilo de todo esto, resulta inquietante comprobar el sesgo antirruso de los medios de comunicación antes mencionados. Así, el periodista de Por Causa Jorge Bautista, quien además escribe para La Marea, se hizo célebre internacionalmente por ser el coautor de un artículo en el New York Times en el que aseguraba haber hallado pruebas irrefutables de la implicación del espionaje ruso detrás del movimiento independentista catalán (Schwirtz y Bautista, 2021) Por su parte, la Marea publicó otra extensa investigación en la que supuestamente mostraba vínculos entre el Kremlin y el partido Vox (Domínguez, 2021). No deja de ser curioso que estos periodistas tan cercanos a la órbita de Soros acusen a Rusia de cometer toda clase de tropelías, ya sea apoyando a movimientos separatistas o financiando a partidos de extrema derecha. Pareciera incluso como si dichos medios “alternativos”, además de atacar a los llamados “rojipardos”, tuvieran alguna clase de interés especial en alinearse con la política de desinformación contra el Kremlin impulsada por Estados Unidos.


Visto lo cual, ¿a quién le extrañaría que la revista CTXT mantuviera inquietantes vínculos con fundaciones ligadas al globalismo y a la política exterior norteamericana?


IV. Poniendo en contexto a CTXT


La revista CTXT es un medio surgido en 2014 que fue fundado y actualmente es dirigido por el periodista Miguel Mora. Con el paso del tiempo, este proyecto periodístico ha sido el que con más determinación ha atacado a los “rojipardos”, a quienes ha acusado en repetidas ocasiones de provocar una especie de cisma o desviación de carácter fascistoide en el ideario de la izquierda española. No vamos a desgranar aquí la ingente cantidad de artículos que CTXT ha publicado sobre esta cuestión, ya que sería una interminable tarea y excede el propósito de este artículo, pero sí señalaremos que este medio también se ha significado por su enconada postura de izquierda indefinida en lo relativo a la cuestión nacional, defendiendo tanto el federalismo como un referéndum pactado en Cataluña.



FOTO 6. CTXT es un medio que se ha destacado por su feroz crítica contra los llamados “rojipardos”. Además, esta publicación ha reivindicado la necesidad de construir una España federal, así como de un referéndum de autodeterminación en Cataluña.


Entrando en materia, ya es de por sí sorprendente que CTXT anunciara en 2015 que dependían del apoyo financiero de entidades del Ibex 35 como el Banco Santander o La Caixa para poder seguir adelante (CTXT, 2015). No obstante, si hay un hecho llamativo que invita a levantar suspicacias es que el antes mencionado Javier Mora, fundador y director de este medio, participó en 2018 en un encuentro sobre periodismo financiado por la Open Society Foundations. En dicho evento, que tuvo lugar en el Spai Societat Oberta de Barcelona (uno de los centros neurálgicos más destacados que Soros mantiene en España), Miguel estuvo acompañado por Yolanda Quintana, secretaria general del PDLI (Open Society Foundations, s.f.).


Ahondando en nuestra investigación, descubrimos que el sorosiano Espai Societat Oberta ha sido utilizado en diversas ocasiones como espacio donde CTXT ha celebrado algunas charlas y presentaciones, como las que este medio dedicó en 2019 a las figuras de Donald Trump y Manuel Valls, respectivamente. Más aún, este medio fue uno de los impulsores de las Jornadas Internacionales Feministas de 2018, un evento que tuvo lugar en Zaragoza y que fue sufragado por la Open Society Foundations del magnate de origen húngaro (CTXT, s.f.). Aunque las sospechas sobre la prolífica relación de CTXT con Soros se convierten en certezas cuando nos topamos con la lista de donaciones que la web de la Open Society admite haber concedido a esta publicación durante los últimos cuatro años (Open Society s.f.).



FOTO 7. Financiación de la Open Society Foundations a la revista Contexto (CTXT).


Pero si hay un hecho especialmente revelador en torno a CTXT es el que nos pone tras la pista de sus “medios amigos”, una información a la que podemos acceder si nos dirigimos a la parte inferior de la página web de este medio (CTXT, s.f.). Resulta que en dicha lista figuran, además del diario Público de la ya mencionada Virginia P. Alonso, medios extranjeros como:


● La revista Nueva Sociedad (NUSO), que no esconde ser un órgano de propaganda de la Friedrich Ebert Stiftung (Nueva Sociedad, s.f.), una fundación alemana de corte socialdemócrata y atlantista que fue clave para canalizar los fondos que la CIA destinó al PSOE para encarrilar la Transición (Punto Crítico, 2018).


● La plataforma de activistas polaco-ucraniana Political Critique (o Krytyka Polityczna), que en el pasado reconocía que la Open Society era uno de sus principales socios (Krytyka Polityzcna, s.f.).


● La revista cubana anticastrista el Estornudo, que según admite su página web, recibe fondos de la Open Society Foundations de George Soros y de National Endowment for Democracy (NED) (El Estornudo, 2020). Tan es así, que hasta la emblemática revista cubana Granma acusó a los periodistas de esta publicación digital de estar siendo financiados por la CIA (Granma, 2021).


Como ven, no es solo que CTXT reciba fondos de la Open Society, sino que este medio tan dado a erigirse en el “guardián de las esencias” de la izquierda se ha rodeado de un repertorio de “medios amigos” tan poco recomendable que incluso está compuesto por miembros que mantienen estrechos vínculos con la inteligencia norteamericana.


V. El Salto, otro medio al servicio de la causa globalista


El Salto es un diario web que surgió en 2017 por iniciativa de Periódico Diagonal junto con otros medios como, según indica su página web, “Pikara Magazine, El Salmón Contracorriente, Revista Soberanía Alimentaria, Visual404, Wiriko o Hemisferio Zero.” (El Salto Diario, s.f.). Al igual que ocurre con CTXT, esta publicación se ha destacado por su campaña contra los supuestos “rojipardos”, así como contra aquellos que ven la mano de George Soros en algunos sucesos de la actualidad.