¿Qué es la “Deconstrucción”? ¿Por qué el auge postmoderno nace con la caída del Socialismo y se hegemoniza veinte años después con la radicalización neoliberal? ¿Postmodernismo cultural y neoliberalismo económico marcan la agenda del gran capital? ¿Cuál es el origen de esta invasión intelectual de psicópatas antisociales y delincuentes del pensamiento?
Más preguntas sin respuestas ante una izquierda “marxista” sin calidades analíticas científicas.
Deconstrucción significa lo que parece que significa, y lo más inquietante es que es dicho en serio. La “Deconstrucción” es la herramienta de análisis más importante para los postmodernos. En teoría, permitiría deconstruir opresiones enraizadas por las contradicciones del capitalismo, como el machismo, el racismo, etc. Para ello reemplazan el proyecto de transformación real de la materia (marxismo), por la superficialidad de la lingüística y el estilo. Para J. Derrida lo correcto sería invertir el sentido prioritario de los binarismos u oposiciones, lo verdadero y lo falso, la razón y la locura, la naturaleza y la cultura, todo binarismo es subsidiario de una metafísica donde una es la negación de la otra. Mas tarde Judith Butler, del Partido Demócrata de EEUU, nos va a decir que se deben deconstruir los géneros, por eso el sujeto transgénero es el sujeto político de estas corrientes. La idea sería entonces desmantelar el sentido objetivo de la realidad; el ser humano debe vivir sin origen, sin cultura, sin verdades.
En oposición a esto, los marxistas y las ciencias, tenemos la certeza de que toda conducta humana (u animal, o cualquier cosa existente) está determinada por causas materiales. Desde el marxismo sabemos que la materia es lo primero mientras que el pensamiento y la conciencia son un producto de un largo proceso del mundo material como consecuencia de un estado altamente organizado. En la sociedad, la estructura económica es lo que determina el comportamiento social, que surge y se desarrolla bajo la influencia de factores materiales. No es el idioma, ni los estilos, ni la estética, lo que forma la conciencia del ser social, sino sus condiciones materiales de existencia.
Marx decía: “…no es la conciencia de los hombres la que determina su ser; a la inversa, es su ser social el que determina su conciencia.”
Luego de la caída de la URSS, Jaques Derrida reconoció que algunos filósofos soviéticos le decían en Moscu que la mejor traducción para la Perestroika sigue siendo deconstrucción.
el problema de China no es "el peso de la cultura confuciana en el proyecto socialista"; sino algo mucho más elemental: la persistencia de la propiedad privada de los medios de producción. "No creo que nadie niegue que ésta es el motor de la historia" merece ser llevado al psicoanalista, o al menos reconocer el papel de la denegación (si fuera necesario, claro, porque es bastante notorio que se rechazan en tu comentario las consecuencias de la contradicción principal)
Que Marx no supiese mucho de psicología y sociología es lógico dado el tardío desarrollo de las ciencias humanas, casi amateur hasta bien entrado el siglo XX. Pero que el autor del artículo tampoco supiera que el lenguaje condiciona el pensamiento, que -sin llegar a los extremos supremacistas de Heidegger al afirmar que sólo se puede hacer filosofía en griego clásico y alemán- sin un lenguaje eficaz, sin esa "tecnología", que diría Gustavo Bueno que es el idioma, el pensamiento queda limitado, ya no es aceptable.
Supongo que el joven Licata no tuvo tiempo en su breve vida de completar su formación intelectual, pero precisamente por eso creo que publicar un artículo con argumentos tan débiles no le rinde precisamente…